Si os planteo el reto de pensar cuánto tiempo requiere una foto es muy probable que comencéis a sumar a la factura la planificación (si es que la hacéis), viajes y trayectos a pie, el tiempo en el lugar e incluso, algunos añadiréis a la cuenta el tiempo de edición y postprocesado. Al preguntar por el tiempo de una foto me refiero exclusivamente a al tiempo que se necesitáis, tu subconsciente y tu, para llegar a un resultado.
Lo más sencillo es planificar, desplazarse, disparar, volver, editar y listo; pero en este proceso hay un tiempo muy variable y en que me gustaría indagar y el es tiempo que transcurre desde que llegas a un lugar, a un encuadre, una foto... desde que realizas el primer disparo hasta que lo agotas, por lo general, porque has obtenido el mejor resultado posible.
Lo que más me sorprende al reflexionar sobre ese tiempo que hay unos factores que son muy variables en cada persona y en cada momento de esa persona. Dos fotógrafos en un mismo lugar con las mismas condiciones ambientales y un equipo fotográfico exactamente igual nunca van a agotar ese encuadre en el mismo momento ¿Quién terminará antes? influye como se encuentre (hambre, sueño, frío... cualquier factor que pueda alterar la concentración), su voluntad para trabajar en esa foto, el tiempo del que dispone (si vas en grupo y comienzan a marcharse el resto...) pero lo que más me interesa está más adentro por lo general terminará el que tenga menos bagaje fotográfico: su subconsciente tendrá un registro mayor al que recurrir para seguir innovando.
Para mi, este es uno de los aspectos más mágicos de la fotografía, que hay algo que está dentro de ti que tiene que conectar de algún modo con lo que tienes delante. Las capacidades, influenciadas por una infinidad de factores, que cada cual tiene para conectar sus conocimientos con lo que fotografía creo que sería la definición más pura de creatividad o, más bien, capacidad creativa.
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