Podría haber sido una sesión como cualquier otra, pero no, aquella tarde parecía que estaba destinada a ser la última tarde con mi dron. Fin de semana por los bosques del norte de la provincia de León y para el dron tenía preparada una sesión en la hoces de Vegacervera, un precioso cañón excavado por el río en un prominente monte calizo.
La sesión en la hoces me dejó sin habla nada más comenzar, las tomas de vídeo eran tremendas: entre las paredes de roca seguía al coche por la carretera sinuosa que recorre el fondo del cañón. El sol se colaba desde el fondo para crear un juego de luces que destacaba por el claroscuro pero suavizado por la luz que refleja la roca blanca de las paredes, la sesión me iba a dejar material de vídeo y fotos de un nivel buenísimo.
Al final del cañón paramos para planificar la última toma, el dron pasaría entre dos curvas del cañón para intensificar la sensación de dramatismo grabando cerca de las paredes. Seguí la regla de oro al volar un dron marcha atrás: antes debes haber pasado hacia adelante y, sin desviar la trayectoria, realizar el vuelo hacia atrás. Cometí un error fatal.
Justo antes de comenzar a volar hacia atrás, después de haber seguido la regla, moví el mando en un descuido pero volví a colocarlo en la misma posición, o al menos eso creía yo. Un minúscula desviación en el eje provocó que 100 metros más atrás se tradujera en que el dron se había desviado varios metros de su trayectoria hacia delante y chocó contra la pared. Es una sensación horrible ver la imagen del dron dar vueltas mientras intuyes que a 100 metros cae rodando pared abajo. El dron quedó enganchado en unas ramas (tal como se ve en la foto de abajo) y allí es posible que siga dos semanas después. Trataron de rescatarlo al día siguiente unos escaladores, pero no hubo suerte.
Después de 200 horas de vuelo y más de 1000 fotos allí se separó mi camino con ese pequeño aparato. Parece mentira que pueda llegar a establecerse un vínculo emocional con una máquina inanimada pero ese dron ha sido el responsable de materializar mis ilusiones fotográficas y haberlo perdido de ese modo me deja un hueco creativo muy importante.
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Carmen (sábado, 22 octubre 2022 22:24)
Lo siento muchísimo �