Caminar por el filo

 

 

     Desde que comencé a cortar las primeras maderas, para camperizar el Land Rover Discovery con el que estamos viajando últimamente, surgieron las dudas con respecto a la legalidad vigente para pasar la noche en el coche. La normativa es muy extensa y se vuelve realmente compleja si tenemos en cuenta que está regulado a nivel autonómico. Por otra parte está la percepción popular sobre el mundo camper, en este sentido las opiniones varían desde los que lo ven como un modo de viajar más sostenible hasta los que nos demonizan tachándonos de ilegales.

 

     Hace pocos días nos dejamos caer por la zona de las hoces del Duratón en Segovia. La belleza del parque natural, el rico patrimonio de esa parte de la provincia de Segovia y la abundancia de montes y caminos públicos hace de esta zona un paraíso para los amantes del camper. Llegamos cerca del parque cuando caía el sol y "montamos campamento" a la orilla de un camino en un pinar. Cena tranquila, unas cervezas y un paseo a la luz de la luna llena para visitar el mirador del convento de la Hoz por la noche.

 

     A la mañana siguiente tenía en mente una foto desde esa misma localización, volví a recorrer el camino hasta el mirador y allí estaba aparcada una furgo camper (y pernoctando puesto que tenían las zapatillas a los pies de la puerta trasera), debió llegar en mitad de la noche pues cuando volvimos sobre la 1 de la madrugada no había ningún coche en el aparcamiento. Al llegar al mirador por la mañana era un auténtico espectáculo ver a los buitres posados en lo alto de la pared del cañón. Peleaban, volaban, pillaban térmicas, volvían a posarse ¡y todo esto a menos de 100 metros de mi!

 

     Al terminar la sesión volví a por Jenny para que pudiera ver a los buitres pero, para nuestra sorpresa, en lugar de buitres estaban las dos personas que habían pasado la noche en la furgo camper, a pesar del cartel que prohibía expresamente el paso para no molestar a la fauna. Era evidente que los buitres revoloteaban esperando que su posadero quedara libre de intrusos (puede verse uno de ellos en la esquina superior izquierda de la foto).

 

     La cuestión a la que quiero llegar es que viajar en modo camper requiere una dosis extra de civismo, cuando pernoctas de manera irregular, en una zona no habilitada o, incluso, como es este caso, te importa más tu experiencia (y la foto para Istagram) que respetar las normas del espacio natural que visitas, estás perjudicando a todos los que viajamos de este modo, tratando de ceñirnos a la estricta normativa que nos ahoga; normativa que, por otra parte, será cada vez más restrictiva mientras anden sueltos estos incivilizados ciber-aventureros de fin de semana que se pasan todo por su santo arco. 

     

 


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