Una vez escuché a alguien decir que: —después del otoño y la primavera, e incluso el verano, el invierno es mi estación favorita—. Evidentemente el invierno no estaba tratando muy bien a aquella persona; día tras día cielo gris y ni una única oportunidad fotográfica.
Todos los que fotografiamos en la naturaleza nos entusiasmamos con facilidad ante los colores otoñales; la frondosidad primaveral nos impulsa a descubrir la vida en cada rincón; pero el verano y el invierno siempre quedan en un segundo plano. Para mí, somos muy injustos con una de las estaciones más atractivas en latitudes medias.
Aunque en la península Ibérica suele predominar el tiempo anticiclónico en invierno: una atmósfera estancada, sucia y llena de estelas de aviones, cielos de monótono azul y ambiente relativamente seco; pero para los que madrugan es muy probable que este tiempo anticiclónico traiga mucho frío y eso significa ramas de árboles helados, ese frío trae niebla, condensación y hielo. En invierno se encuentran algunas de las mejores oportunidades fotográficas, intenta aprovecharlas y encontrarás una estación favorita más.
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