Luces cambiantes

    Tener buena suerte con las luces el primer atardecer nos motivó a seguir buscando el resto de atardeceres y amaneceres a lo largo del fin de semana. Parece que la suerte estuvo de nuestra parte y se abrían claros en el momento oportuno, pero también nos tuvimos que esforzar en adaptar nuestro protocolo de captura y la técnica a una situación en las que las luces cambiantes dominaban la situación.

     Sergio optó por prescindir en ocasiones del trípode, lo que le permitía moverse con cierta agilidad de un sitio a otro, yo no conseguía desvincularme de la seguridad que me aportaba el trípode y finalmente llegamos a la conclusión que ante una situación en el cielo en la que las luces y las nubes cambian con tanta rapidez hay que tener el encuadre fijado, todo colocado y esperar a que las nubes se abrieran para que aparecieran las cumbres o la luz se tornara más interesante.

     Este es un caso concreto, las nubes se movían rápidamente de derecha a izquierda, observé la composición y deduje que la mejor opción era que la cumbre del pico Almanzor asomara entre las nubes, encuadré esta forma en el hielo del suelo que me gustó y fui disparando hasta que se abrió la nube y apareció la cumbre; un modo de disparar y componer adaptado a la situación.

     En definitiva ha sido un fin de semana en el que hemos compartido sufrimiento cuando dejábamos de sentir las manos y los pies o cuando al abrir huella en la nieve caíamos agotados, noches sin apenas dormir... pero al final te quedas con lo bueno, las largas charlas fotográficas, contemplar el espectáculo de la naturaleza salvaje, conocer gente muy agradable que nos ofreció su experiencia en montaña para acompañarnos a fotografiar a sitios complicados.