Hacía tres años que no volvía por esta zona del embalse de La Almendra, limítrofe entre las provincias de Salamanca y Zamora. Septiembre es un mes que se encuentra en el limbo
de la fotografía de paisaje, un mes en el que cuesta encontrar lugares que están en estado óptimo para fotografiar. Sin embargo, los embalses más grandes están más bajos de lo normal, dejando al
descubierto paisajes crudos, sin vegetación, de aspecto exótico.
A pesar de ser un lugar que no me cae muy lejos, hacía tres años que no fotografiaba en esta cola del pantano. Las formaciones graníticas son realmente curiosas pero normalmente están bajo el agua. Incluso encontrándose al 80% de su capacidad no tuve ocasión de ver algunas de las rocas tan curiosas que pude fotografiar hace tres años cuando el nivel debía rondar el 60%. La sequía del invierno del 2012 lo había dejado realmente bajo para cuando fui a fotografiar en Junio. Aprovechando que se encontraba muy por debajo de su capacidad habitual ese mismo año lo vaciaron para realizar labores de mantenimiento en la presa. No tuve ocasión de ir pero estoy convencido que hubiera sido como un parque de atracciones para fotografiar paisaje: troncos de árboles desnudos asomando de un suelo arenoso, canchales graníticos completamente desprovistos de vegetación, antiguas construcciones como puentes rudimentarios o chozos de pastores que llevan décadas bajo el agua...
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